Maternidad ambivalente

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Maternidad ambivalente

A veces me gusta ser mamá, pero otras veces no.

La maternidad no es lineal, estática.

Más allá del embarazo y el posparto, la maternidad continúa impactando de forma más o menos intensa en nuestro sistema emocional.

Hay días que nos sentimos arriba, días que nos sentimos abajo, días que apenas sentimos nada…

Sobra decir que aquellos días en los que nos sentimos abajo, aquellos momentos en los que nos azotan la frustración, la rabia y la sobrecarga mental (y a veces también física), la culpa acecha, dispuesta a encaramarse a nuestra espalda y no despegarse de nosotras.

Culpa porque nos han hecho pensar que ser mamá solo es rosa, porque no es de buena madre desear que otro cuide de nuestros hijos porque literalmente «no podemos más», porque no es de buena madre ansiar el momento en el que nuestros hijos se duermen y nosotras encontramos el silencio…

Porque ser mamá solo nos permite sentir la oxitocina.

Y no. No es así.

Ser mamá es lo mejor, pero a veces también lo peor, depende del día en el que nos pregunten.

Que no nos hagan sentir más culpa, de la que ya nos cargamos nosotras mismas.


♥️♥️♥️

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